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miércoles, 16 de febrero de 2011
Piratas a la fuerza.
El post de hoy es una nota que escribí el 1 de mayo de 2010 en mi perfil de facebook.
Con todo el follón de la Ley Sinde, Alex de la Iglesia y daños colaterales, he creído interesante rescatarla para el post de hoy.
Hace ya casi un año que cerró el videoclub en cuestión. Ahora hay una frutería de estas que montan los marroquíes y que curiosamente a los dos años exactos desaparecen o cambian de dueño... pero eso es otro debate que no tiene cabida en este blog.
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La nota de hoy no es necesaria y forzosamente graciosa. Es más bien reivindicativa.
El videoclub de mi barrio cierra.
Esto me ha hecho reflexionar sobre el asunto. Rápidamente he blandido mi portátil y le he pedido información a ese famoso buscador al que no voy a hacer publicidad gratuita. El problema se me ha revelado rápidamente (en 0.03 segundos, creo): el sector del videoclub no está en crisis, está directamente en cuidados paliativos. Indagando aun más, ves lo que llegan a pagar los videoclubes por cada copia de la peli, y ves que realmente tardan entre dos y tres meses en amortizarlas y empezar a tener beneficios de la copia, cuando en realidad al cabo de ese tiempo ya no son novedades y ya no tienen tanta salida. Era un mundo duro de por sí. Nunca fue un negocio demasiado lucrativo (a beneficio, claro está, de las distribuidoras), pero tenían su sitio en el mercado e incluso diría yo, su función social.
Por lo visto, son cienes y cienes los videoclubes que ya han chapado. Llevan años en crisis. Incluso antes de la crisis crisis. Mas o menos desde el boom inmobiliario, que inyectó pingües beneficios en las más corrientes de las cuentas y en algunos casos más de la cuenta, lo que nos permitió a todos tener adesele a nosecuántos megas y ordenadores que ya iban siendo potentillos.
El resultado: todos a descargar pelis.
No es mi intención entrar a valorar el tema de la piratería en sí. Mientras las autoridades no se pongan serias en el tema, allá cada cual. Pero no lo neguemos: ya no sabemos qué más bajarnos. Nos hemos descargado todo internet, cada uno en su casa. Descargamos mucho más de lo que tenemos capacidad espacio/temporal para ver/oir.
La verdad es que durante un tiempo tuvo su gracia. Pero justo ahora, cuando estaba empezando a cansarme de la mala calidad de la mayoría de las descargas (por no hablar del 'top manta'), de un sonido pésimo, justo ahora cuando más o menos había decidido disfrutar del HD de mi televisor volviendo a alquilar pelis en el videoclub, me encuentro con que van a cerrar.
Y aquí llega el meollo de la cuestión. El cogollo del asunto. ¿Y qué pasa ahora si quiero ver una peli y no me la quiero descargar? ¿Me quedo sin verla?
Pienso en alternativas. Claramente, el tema del online es el futuro (o debería ser ya el presente, que estamos en el 2010, caray. Los coches deberían volar ya). Busco en la TDT, pero no encuentro dónde alquilar una peli. Busco en mi proveedor de TV por cable y sí, tiene para alquilar pelis, pero temo no estar preparado para películas de la talla de Porky's y Locas academias de policía en sus muchas variedades. Busco en internet. Parece ser que ese otro famoso buscador de vídeos (tampoco vamos a hacer publicidad gratuita, que estamos en crisis) tiene un apartado para alquilar pelis y verlas online, o los expendedores de pelis de esos de 24 horas...pero chico, yo qué se.
Yo quiero ir al videoclub, pararme como un pasmarote delante de la estantería de las novedades y repasarlas todas con la vista de arriba a abajo. Pararme en la que estaba buscando y ver que no tiene el papelito de 'disponible'. Hablar con el responsable del establecimiento y pedirle que me la guarde para mañana. Pero ya no tengo la opción. Estoy abocado a la piratería.
Mientras me aclaro, intentaré sacar tiempo de vez en cuando para ir al cine, toda una odisea para un padre de familia con una hija pequeña y una mujer trabajadora a turnos.
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