"Big Fish" es una estupenda historia que mezcla el drama con los cuentos de hadas. Trata de manera soberbia dos ejes fundamentales en el cine: el eje del paso del tiempo y la muerte por un lado, y por otro la dialéctica entre lo real y lo que no lo es. Estos dos ejes se articulan, se tocan, juegan entre sí durante la película, y definitivamente confluyen en su final.
La dirige Tim Burton en un ejercicio de madurez exquisito. La protagoniza Ewan McGregor, que hace el papel de Edward de joven y del cual me he enamorado (lo confieso) al visionado de la cinta. La fotografía, de 10 según mi humilde opinión, es de Philippe Rousselot.
En resumidas cuentas, trata de una reconciliación entre un padre y un hijo al final de la vida del primero. El padre contaba historias inverosímiles sobre su vida, hecho que le separaba de su hijo, que lo veía como un mentiroso. No desvelaré el desenlace para despertar la expectación de aquellos que no la hayáis visto y que pretendo con este post convencer de que lo hagáis.
La película tiene momentos muy memorables y grandes frases. Me quedo con la última cita, que dice: "Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en sus historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. Y de este modo, el hombre se hace inmortal". Brutal.
En este enlace puedes verla entera.