jueves, 5 de enero de 2012

DRIVE, cine bien hecho.




Uno a veces mira la cartelera como el que mira la carta de un restaurante, esperando encontrar algo que le emocione y que no sea lo de siempre. A veces, con tal de salir de la monotonía, uno se arriesga y pide un plato que no sabe de qué va, o que no tiene muy claro si le acabará gustando o no.. A veces uno se equivoca. Otras acierta.

Me había informado yo de qué iba eso de DRIVE. La trama no es que fuese novedosa en absoluto. No obstante, el resto de la cartelera me daba un poco de repelús.

"Venga, va."



SINOPSIS: Un tipo trabaja como mecánico y en sus ratos libres hace de doble en escenas de persecuciones de coches en el cine, y de conductor en atracos. Vive solo y acaba de mudarse al lado de una rubia boniqueta que tiene un hijo cuyo padre está en la cárcel. Cuando el padre del chiquillo sale de la cárcel unos mafiosillos le reclaman una deuda y el prota decide echarle una mano con un atraco...y hasta aquí puedo leer.

La película resulta ser un film de género con muchas variables que la hacen sobresaliente, a saber:

- Los créditos de inicio, con ese color fúcsia (o como diablos se escriba) desorientan y te preparan para que seas consciente de que no sabes lo que viene después.



RYAN GOSLING hace aquí el papel que lo aúpa al estatus de grande de Hollywood, y como sucedió a BLADLEY COOPER el año pasado, está llamado a ser el actor de moda durante una temporada, gracias a su gélida y realista interpretación, en la que demuestra un dominio inusitado del silencio, las miradas y las sonrisas para convencer a absolutamente todo el mundo y que acabemos empatizando con un personaje que es tan frío como humano, tan violento como sensible, que transmite una gran masculinidad curiosamente a través de una cara con facciones poco masculinas. Un RYAN GOSLING que tiene fama de muy selectivo con los guiones que acepta, y que prefiere verse en el panorama independiente.



Acompañan a GOSLING la actriz CAREY MULLIGAN, a la que no se le pide más que seguir el tempo en el juego de miradas y silencios que propone GOSLING, un viejo conocido como RON PERLMAN y un más que solvente ALBERT BROOKS, que ha recibido una nominación a los Globos de Oro al Mejor Actor Secundario.

- La sobresaliente dirección de NICOLAS WINDING (PUSHER), que consigue una obra que creo que pasará a engrosar la lista de pelis de culto. Maneja en DRIVE a la perfección todas las piezas del puzzle. Ha recibido el premio de Cannes al Mejor Director.

- La música, de gran importancia, da empaque a todo el conjunto, da el carácter de cinta de género trasladándonos a los años 80. Tanto su aparición como su silencio resultan sumamente descriptivos. El responsable es CLIFF MARTÍNEZ.

- La fotografía, mérito de NEWTON THOMAS SIGEL, es otro de los aspectos destacables. Estilizada, descriptiva, muy cuidada. Me ha gustado mucho el etalonaje, con esos exteriores cálidos, casi de new-western, y con unos interiores muy, muy cuidados. Catálogo de movimientos de cámara para todos los gustos, de variadas focales siempre muy acertadas en cuanto a su elección en función del momento dramático, así como la elección de fondos rotos o no.

No terminaré sin destacar que es una película violenta. Bastante violenta. Sobre todo en su tramo final. No podemos decir que se trate de una violencia al estilo ROBERT RODRÍGUEZ o TARANTINO. No es MACHETE. Se trata de una violencia justificada, en contraposición con el gusto de estos dos que acabo de nombrar.

En definitiva, amigos, una película de género, pero bien hecha. Muy bien hecha. Tan bien hecha que llega a no importarme el hecho de que el argumento en sí no sea nada del otro mundo. En este caso, la forma supera con creces al fondo.

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