domingo, 27 de febrero de 2011

CISNE NEGRO


Ella, por sí sola, ha conseguido llevarme a la sala de cine. NATALIE PORTMAN, que probablemente esta misma noche se lleve el Oscar 2011 a la Mejor Actriz. Será el premio tropecientos que se lleva este año por la interpretación de NINA. Aunque también es el más importante.

A estas alturas, la sinopsis es bien sabida por el aficionado. NINA es una muchacha frágil y temerosa, sobreprotegida por su madre, que es exbailarina. Vive por y para la danza. Busca la perfección. Cuando es designada como bailarina principal para una representación, la presión de su director y la de ella misma la llevan a vivir un doloroso tormento que desemboca en un estado de pseudo-esquizofrenia constante.

La película de DARREN ARONOFSKY es simplemente brillante. No por su argumento ni por lo novedoso, ingenioso o espectacular planteamiento. La película explora el significado de la palabra belleza. La belleza no siempre huele a nubes. La belleza a veces viene de la mano del dolor, del sufrimiento, de la locura. Esta película es bella, pero no huele a nubes.

NATALIE PORTMAN está de Oscar. Pero de verdad. Ha transformado su cuerpo para esta película y aparece extremadamente delgada. Baila, sufre, enloquece y nos hace enloquecer. Nos lleva de la mano en ese proceso que culmina con esa metamorfosis hacia el mal. Pero es un mal romántico. Es el dr. Jekyll y Mr. Hyde. Es la eterna dicotomía entre el bien y el mal.

La fotografía, a cargo de MATTHEW LIBATIQUE, tiene el gran mérito de convertir a la cámara en un personaje más. Sigue de espaldas a NINA allá a donde va, con un movimiento nervioso (a veces excesivamente nervioso). También baila con ella en cada secuencia de baile. No es estática. A veces pienso que se olvidaron de alquilar el trípode.

En la película hay un elemento constante, y son los espejos. Son incontables las secuencias y los planos que incluyen uno o varios espejos. Constantemente. Se convierte en otro personaje no animado, una ventana hacia la locura de NINA, una válvula de escape, una salida hacia su Mr. Hyde, una puerta de entrada de su cisne negro. La transformación culmina justamente cuando NINA rompe el espejo de su camerino. El cisne negro ya está aquí.

A destacar también el hecho de la dificultada añadida de rodar con tantos espejos. Supongo que habrá sido en postproducción, pero hay muchos, muchísimos planos donde debería verse reflejada la cámara y, no sé, los proyectores de luz, el equipo...y no se ve nada. Planos en el estudio de ensayo, donde hay espejos por todas partes y encima la cámara hace giros de 360º...y no se ve nada que no se tenga nada que ver.

A destacar la vuelta de WINONA RYDER a la gran pantalla, el morbazo de MILA KUNIS (tardaré semanas en olvidar cierta secuencia) y a olvidar ese absolutamente irreal sarpullido de la espalda de NINA. ¿A alguien le ha salido alguna vez un sarpullido tan ordenadito en que los granitos siguen el mismo patrón que en el plástico ese de bolitas?

Es de agradecer una película que nos acerque a algo tan bello y tan desconocido como es la danza y la música clásica, entre tanta ciudad que explota, zombi que merienda y estadounidense que salva al mundo, mata a todos y salva a la chica. Que también tiene su gracia, pero que de vez en cuando también apetece ver algo diferente.


1 comentario:

  1. por cierto muy buena la BSO, de un tal Chaikovski, jejeje. Yo estoy por refinar, esta claro que me faltan virtudes estéticas para valorar esta peli. Asi que, como diria aquel, si no tengo nada inteligente que decir, mejor me callo. Encima voy y me mareo viendola...que lamentable, víctor

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